SUCEDIÓ QUE UNOS OCHO DÍAS DESPUÉS DE ESTAS
PALABRAS, TOMÓ CONSIGO A PEDRO, JUAN Y SANTIAGO
"Sucedió
que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y
Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de
su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí
que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales
aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. Pedro
y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y
vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Y sucedió que, al
separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí.
Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»,
sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y
los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino
una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.» Y
cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por
aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto."(Lc
9, 28- 36)
El contexto histórico. Jesús había tomado la determinación de subir a
Jersusaén y les dijo a sus discípulos: ".Desde
entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a
Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los
escribas, y ser matado y resucitar al tercer día."(Mt 16,
21)Ellos entraron en crisis y algunos se echaban para atrás, tenían miedo
seguir a Jesús pensando que les iba a pasar lo mismo que al Maestro que con
firmeza y decisión les dijo: “El que quiera ser mi discípulo que tome su cruz
cada día y me siga” (Lc 9, 23)
De la experiencia de la transfiguración sacamos
las tres características que deben
acompañar a la Iglesia de Jesús llamada a ser una Comunidad, orante, fraterna y
misionera. Se lleva a los tres al Monte para tener un encuentro orante con
Dios. Pedro, Santiago y Juan, ellos no van, son llevados para consolarlos y
fortalecer su fe. La oración es el camino que nos lleva a la conversión y al
amor. Nos une a Dios y nos une entre nosotros. Une a las familias y a las
comunidades, nos ayuda a romper con el pecado y los vicios y nos ayuda a
revestirnos de Jesús.
Mientras
los apóstoles dormían, Jesús oraba, y mientras estaba en oración se transfiguró.
“Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos
eran de una blancura fulgurante.” Ellos se despiertan y miran la gloria de
Jesús. Cómo si les dijera: “Miren, así como me ven, así se verán también
Ustedes.” Con Jesús estaban Moisés y Elías. Estaba toda la Revelación: la Ley y
los Profetas con Jesús el Nuevo Testamento. Hablaban de lo que iba a suceder en
Jerusalén. La muerte y resurrección del Señor Jesús. El gozo del Señor los
invadió, y entonces dijeron: «Maestro, bueno, es estarnos aquí. Vamos a hacer
tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías» Antes de que
terminara de hablar una nube se formó y los cubrió. Y de dentro de la nube se
escuchó una voz que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.» No tengan
miedo, lo que él les diga es la Verdad. “Hagan lo que él les diga” (Jn 2,5).
Por la escucha a su Palabra Ustedes serán hijos de Dios y hermanos de todos los
creyentes. La Palabra los une y los integra, entran en Comunión y se hacen
comunidad fraterna, solidaria y misionera.
En
el evangelio de Mateo os dice: "Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y
dijo: «Levantaos, no tengáis miedo.» Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a
nadie más que a Jesús solo." (Mt 17, 7- 8) Después de la
experiencia de la transfiguración sigue la experiencia misionera. Ahora sigue
la experiencia de encuentro con Jesús en los pecadores, leprosos, enfermos,
pobres, abandonados. Denles mi Palabra, háganlos discípulos míos, enseñen todo
lo que yo les he enseñado, Yo estaré con Ustedes todos los días hasta la
consumación de los siglos (Mt 28, 19- 20)
Yo
los envío. Ustedes son mis enviados, mis predicadores, mis apóstoles para esto les
doy de mi Espíritu Santo: “Vayan y anuncien la Buena Nueva para que el mundo
crea y se salve.”
Qué
por la intercesión de María Nuestra Madre, seamos misioneros fieles a la Misión
que Jesús le ha encomendado a toda la Iglesia.
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